Wednesday, October 26, 2011

Quizás casi nunca tenga tiempo para sentarme un rato. Para pensar qué voy sintiendo a medida que pasa el tiempo. Porque aunque yo no tenga tiempo, los días pasan, las horas pasan y sigo postergando el encuentro conmigo.
Por eso es que me obligo a escribir. Porque sé que muchas veces, escribir ayuda a reflexionar. Ver plasmado en un papel algunos sentimientos facilitan mi orden mental. Porque los pensamientos y los sentimientos surgen a borbotones y las ganas de poder ir desentrañando a qué corresponde cada uno, es lo que idealmente se busca.
Pero indudablemente a veces se me dificulta la búsqueda de buenas decisiones, las correctas.
Sin embargo, ponerme en camino, implica voluntad para tomarme en serio.

Thursday, December 30, 2010

Monday, January 04, 2010

Pasan las angustias, también las mentiras

Pasa el tiempo y también pasan las angustias, las mentiras... Porque nadie puede querer verdaderamente que la persona que uno ama lo descubra a uno, un pobre infeliz. Y fue cierto lo que escribí hace ya dos años y también lo que escribí hace uno... Pero hoy me encuentro en otra situación y siempre con la misma persona.

Friday, January 23, 2009

Pesares, penares

Para mi asombro sigo envuelta en la misma relación que hace dos años. Y no es un descubrimiento magnífico, que me haga estallar de alegría. Es descubrir que no puedo salir de esto.
Cuántas veces más quiero (porque interpreto que a esta altura lo debo querer) rozarme con la amargura? Porque es verdaderemente una angustia seguir encapsulada en una relación que no crece ni que ayude a ser mejor. Creo que, por el contrario, saca toda la alegría, la capacidad de disfrute que en proporciones mínimas quedaban en mí.
Hay tanta soledad en esta relación. Porque eso siento. Me siento sola. Todo lo que propongo compartir a la otra persona no le interesa, no le da ganas, ya lo hizo, ya lo vivió. Y estoy sola.
Será que hay un ptofundo vacío, no sólo en esta relación sino en mi vida en general?

Monday, October 16, 2006

No pensar

Hace poco descubrí que en un cuaderno de mi novio, en las primeras hojas, había escrito algo de mí. En realidad me había dicho que había estado escribiendo, y como siempre lleva su cuaderno, imaginé que podía estar ahi. Lo busqué y vi que estaba. Y como su letra no es legible, me tomé mi tiempo para descifrar sus jeroglíficos.
Evidentemente, como no andábamos bien, lo dejó plasmado. Pero lo más curioso fue descubrir lo que realmente pensaba de mí, cosa que sale cuando las cosas no andan del todo bien. Ahí sale la verdad. El había escrito que yo tenía una relación con el conocimiento pobre, que todo lo que yo leía, el ya lo conocía, me comparó con sus ex, hasta con su hijo. Yo quedé ahí, enterrada en el subsuelo último, al que no se puede superar porque más allá es abismo.
Mi primera reacción, por protección mental fue dejar de leer. Empecé a temblar. No podía ser cierto que la persona a la que amaba, la descubriera tan tristemente infeliz. Porque fue eso, encontrarla infeliz conmigo, sedienta de otra cosa, de otra persona.
Eso había herido mi orgullo, y me había dejado tan fuera de mi eje, que no pensaba que podía recuperarme. Perdonar? No era cuestión de perdonar, eso era legítimo, todo el mundo puede pensar lo que quiere de otro. Pero en ese momento, es la pareja de uno la que lo denigra y ningunea. Y el otro que hasta ese momento representaba lo único del mundo, ahora pasaba a ser algo del pasado.
Se puede obligar a que te amen? Se puede obligar a otro a que sienta que podés pensar, que tenés capacidad y que si hacés descubrimientos, se pueden compartir igual?
Lo único del mundo que me quedó fue amargura, una sensación extraña de haber estado tres años con alguien extraño. El representaba lo único del mundo, ahora mi mundo lo colocó en el pasado y lo único que me quedó fue que a otro lo podés no pensar. Olvidar.