Quizás casi nunca tenga tiempo para sentarme un rato. Para pensar qué voy sintiendo a medida que pasa el tiempo. Porque aunque yo no tenga tiempo, los días pasan, las horas pasan y sigo postergando el encuentro conmigo.
Por eso es que me obligo a escribir. Porque sé que muchas veces, escribir ayuda a reflexionar. Ver plasmado en un papel algunos sentimientos facilitan mi orden mental. Porque los pensamientos y los sentimientos surgen a borbotones y las ganas de poder ir desentrañando a qué corresponde cada uno, es lo que idealmente se busca.
Pero indudablemente a veces se me dificulta la búsqueda de buenas decisiones, las correctas.
Sin embargo, ponerme en camino, implica voluntad para tomarme en serio.